EL
ENAMORAMIENTO JUVENIL
Somos
fácilmente engañados por aquellos a quienes amamos, pero se puede engañar a
algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos
todo el tiempo... Cuando lo que esperabas del AMOR, no es MENTIRA, ENGAÑO, NI
TRAICIÓN... Menuda DECEPCIÓN. Cuando nada importa, cuando todo está por
terminar, solo importa el amor y que este en verdad sea real. El amor depara
dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados
por quien no podemos amar.
La
adolescencia es una etapa de tránsito complicada, en la que el ser humano deja
de ser niño y aprende a comportarse como un adulto único, autónomo,
independiente, responsable y válido.
LA PRIMAVERA DE LA VIDA ES LA JUVENTUD, en ella se puede vivir de una manera alegre y despreocupada. Es sumamente importante tener cuidado que ésta no se escape de las manos por alguna locura juvenil, porque no se puede amar a Dios y hacer lo que uno quiere.
Hay jóvenes adolescentes que desean ser adultos para tomar sus propias decisiones. Todo tiene su tiempo. Cada etapa tiene su encanto y no es bueno adelantarse.
Muchos jóvenes buscan su compañero/a a muy temprana edad y desarrollan una aventura amorosa, nada más, porque todavía no han tenido la madurez suficiente.
Es muy habitual ver a jovencitos enamorarse, pero no están suficientemente maduros para enfrentar un matrimonio, criar y educar correctamente, en el temor de Dios a los hijos. Apenas pueden manejar sus propias necesidades o problemas, y por lo tanto no deberían pensar en escoger su futura pareja matrimonial.
El enamoramiento es un estado de ánimo, un
desencadenante de la experiencia amorosa. Dicha experiencia puede ser
compartida o no por la otra persona; si esta responde a nuestro deseo amoroso,
es la vivencia del éxtasis, la magia. No parece haber barreras para los
amantes, como si nada tuviera mayor sentido que ellos mismos.
Cuando, por el contrario, no existe una correspondencia, el deseo y la frustración continua generan un estado de tristeza profunda. Toda esa energía que genera el enamoramiento, al no encontrar respuesta, se vuelve contra uno mismo generando autodestrucción. Se pierde la alegría, el deseo de vivir, y uno se ve a sí mismo inferior, pensando cosas como: "... algo malo tendré para que no me quiera...; no soy lo suficientemente guapo/a, simpático/a...; nunca encontraré a nadie para mí...; no me volveré nunca a enamorar..." Hay que hacer una despedida interior, vivir el duelo y prepararse para una nueva apertura.
La persona enamorada puede sentir sensaciones de frío, calor, tener taquicardia, ponerse a temblar, enrojecer ante la presencia de la persona amada o con solo oír su nombre. Se vive con gran intensidad, pero también con gran inseguridad, llegando a sentir desde la alegría más absoluta a la tristeza más profunda por el miedo al abandono del ser amado.
El pensamiento se convierte en obsesivo, "...no puedo dejar de pensar en el/ella..." Se está pendiente de una palabra suya de afecto, de una sonrisa, una mirada, una llamada de teléfono..., para asegurarnos de que existe una correspondencia.
El comportamiento es compulsivo: impulso de frecuentar los lugares por donde pasa, hablar continuamente de el/ella, de sus características físicas, de su personalidad... Nos sentimos totalmente seducidos por esa persona, todo cuanto hace o dice es maravilloso. Tiene gracia, es inteligente, valor, honradez, coherencia...
El enamoramiento puede manifestarse bruscamente -es el flechazo- o como la transformación de una relación que se inició como amistosa.
Cuando estamos enamorados/as, se desea estar el máximo posible del tiempo con la persona amada, incorporarlo a nuestro mundo, a nuestra vida. Se busca contacto a través de la piel, la mirada, se busca su proximidad, sentir su energía.
Vivir el enamoramiento es como estar en otro mundo. Es vivir en la fantasía. No vemos al amado como es, sino que sólo vemos algunas de sus partes, aquellas que deseamos ver o que deseamos que tenga. Lo convertimos en la pareja ideal, interpretando su comportamiento en base a nuestras fantasías. En realidad nos imaginamos como es y nos lo creemos, a veces acertamos en algo, pero otras después de este período, incluso se llega a pensar: "...como me pude enamorar de esta persona, ...cómo no me di cuenta de cómo era, ... antes no era así..." Es la idealización del ser amado.
Todo cuanto hace o dice nos parece hermoso, no tiene defectos, incluso no entendemos como alguien puede verle alguno, incluso si vemos algo que en otras personas sería negativo, en el ser amado no tiene importancia. En este período se altera nuestra manera de vivir el tiempo y el espacio, no existe otra realidad que el ser amado. El tiempo parece muy corto en su presencia y muy largo en su ausencia.
Cuando una persona está enamorada es fácilmente reconocida por los otros a través de todo un lenguaje corporal, la forma de mirar al otro, de escucharle, de sonreírle... Enamorarse produce placer, nos volvemos más receptivos con todos los sentidos: somos capaces de detectar sutiles cambios de voz, de la mirada, del gesto, nos permitimos también sentir más las emociones y todo nuestro organismo se revitaliza.
Cuando, por el contrario, no existe una correspondencia, el deseo y la frustración continua generan un estado de tristeza profunda. Toda esa energía que genera el enamoramiento, al no encontrar respuesta, se vuelve contra uno mismo generando autodestrucción. Se pierde la alegría, el deseo de vivir, y uno se ve a sí mismo inferior, pensando cosas como: "... algo malo tendré para que no me quiera...; no soy lo suficientemente guapo/a, simpático/a...; nunca encontraré a nadie para mí...; no me volveré nunca a enamorar..." Hay que hacer una despedida interior, vivir el duelo y prepararse para una nueva apertura.
La persona enamorada puede sentir sensaciones de frío, calor, tener taquicardia, ponerse a temblar, enrojecer ante la presencia de la persona amada o con solo oír su nombre. Se vive con gran intensidad, pero también con gran inseguridad, llegando a sentir desde la alegría más absoluta a la tristeza más profunda por el miedo al abandono del ser amado.
El pensamiento se convierte en obsesivo, "...no puedo dejar de pensar en el/ella..." Se está pendiente de una palabra suya de afecto, de una sonrisa, una mirada, una llamada de teléfono..., para asegurarnos de que existe una correspondencia.
El comportamiento es compulsivo: impulso de frecuentar los lugares por donde pasa, hablar continuamente de el/ella, de sus características físicas, de su personalidad... Nos sentimos totalmente seducidos por esa persona, todo cuanto hace o dice es maravilloso. Tiene gracia, es inteligente, valor, honradez, coherencia...
El enamoramiento puede manifestarse bruscamente -es el flechazo- o como la transformación de una relación que se inició como amistosa.
Cuando estamos enamorados/as, se desea estar el máximo posible del tiempo con la persona amada, incorporarlo a nuestro mundo, a nuestra vida. Se busca contacto a través de la piel, la mirada, se busca su proximidad, sentir su energía.
Vivir el enamoramiento es como estar en otro mundo. Es vivir en la fantasía. No vemos al amado como es, sino que sólo vemos algunas de sus partes, aquellas que deseamos ver o que deseamos que tenga. Lo convertimos en la pareja ideal, interpretando su comportamiento en base a nuestras fantasías. En realidad nos imaginamos como es y nos lo creemos, a veces acertamos en algo, pero otras después de este período, incluso se llega a pensar: "...como me pude enamorar de esta persona, ...cómo no me di cuenta de cómo era, ... antes no era así..." Es la idealización del ser amado.
Todo cuanto hace o dice nos parece hermoso, no tiene defectos, incluso no entendemos como alguien puede verle alguno, incluso si vemos algo que en otras personas sería negativo, en el ser amado no tiene importancia. En este período se altera nuestra manera de vivir el tiempo y el espacio, no existe otra realidad que el ser amado. El tiempo parece muy corto en su presencia y muy largo en su ausencia.
Cuando una persona está enamorada es fácilmente reconocida por los otros a través de todo un lenguaje corporal, la forma de mirar al otro, de escucharle, de sonreírle... Enamorarse produce placer, nos volvemos más receptivos con todos los sentidos: somos capaces de detectar sutiles cambios de voz, de la mirada, del gesto, nos permitimos también sentir más las emociones y todo nuestro organismo se revitaliza.
Presta atención
al cuidado de tu corazón ya que de él nacen las decisiones que marcaran el rumbo
de tu vida por eso Dios dijo en el huerto no es bueno que hombre este solo.
¿Como debe el joven cristiano comportarse ante esta situación cuando siente en su cuerpo que el tiempo del amor se acerca?
El hombre o la mujer que se encuentra solo en medio del ambiente... carnal como ejemplo (el colegio) recibe constantemente la invitación seductora de sus compañeros a ser una o uno más del libertinaje y a experimentar experiencias amorosas sin control cuyo final es mentira.
Es que la verdad está en desarrollarse y realizarse dentro de los limites bíblicos el plan de Dios para mi vida siempre es lo mejor Cristo quiere que tengamos una vida en abundancia y una enamorada o enamorado que le convenga a usted para su bendición.
Ningún joven creyente debería entrar al mundo del enamoramiento sin antes primero tener una relación con Dios
me imagino que usted conoce a alguna chica que le gusta mucho si usted no ah estado en comunión con Dios y siente esa atracción seguramente no es de Dios quien está poniendo esa atracción en usted son el instinto de Adán que llevas dentro.
la base del enamoramiento no es el físico o el atractivo tampoco es el amor la base del enamoramiento debe ser la voluntad de Dios quien pone en el corazón de los 2 el deseo de unir sus vidas para siempre.
¿Como debe el joven cristiano comportarse ante esta situación cuando siente en su cuerpo que el tiempo del amor se acerca?
El hombre o la mujer que se encuentra solo en medio del ambiente... carnal como ejemplo (el colegio) recibe constantemente la invitación seductora de sus compañeros a ser una o uno más del libertinaje y a experimentar experiencias amorosas sin control cuyo final es mentira.
Es que la verdad está en desarrollarse y realizarse dentro de los limites bíblicos el plan de Dios para mi vida siempre es lo mejor Cristo quiere que tengamos una vida en abundancia y una enamorada o enamorado que le convenga a usted para su bendición.
Ningún joven creyente debería entrar al mundo del enamoramiento sin antes primero tener una relación con Dios
me imagino que usted conoce a alguna chica que le gusta mucho si usted no ah estado en comunión con Dios y siente esa atracción seguramente no es de Dios quien está poniendo esa atracción en usted son el instinto de Adán que llevas dentro.
la base del enamoramiento no es el físico o el atractivo tampoco es el amor la base del enamoramiento debe ser la voluntad de Dios quien pone en el corazón de los 2 el deseo de unir sus vidas para siempre.
el enamoramiento no es o no debe ser un pasatiempo o tomarlo como un juego no es de un día si y al otro día no el enamoramiento guiado por Dios es la antesala del matrimonio.
Es una
etapa por donde pasan todas los jóvenes en donde que nace por primera vez los sentimientos,
emociones e ilusiones en donde se llega a creer sin duda ninguna en la pareja
,el amor juvenil más que amor puede ser un capricho que puede durar poco tiempo
pero mientras eso pasa la pareja vive momentos lindos en donde que ambos llegan
a creer que todo es para siempre y que nunca se va acabar el amor que existe
entre ellos y llegamos a actuar sin medir ninguna precaución que nos puede
llevar por el camino equivocado por que en la juventud se cree uno estar
enamorado y podemos cometer muchos errores que mas a delante nos puede perjudicar
de varias formas en nuestra vida.